jueves, 13 de noviembre de 2008



Miguel, te tratamos poco y hubo que esperar a la llegada de la democracia para ello. Aunque ya te conocíamos de antes, nuestros padres nos habían hablado tanto de ti, y de otros; Coincidisteis en la cárcel de Burgos, y no por poco tiempo.

Nosotras, cuatro hermanas, éramos muy pequeñas para poder recordarte, pero nuestros padres se encargaron de que no os olvidásemos, ni a ti ni a otros. Hoy nuestros padres no están, tú tampoco, ni tantos otros.

Os debemos mucho.

Muchas gracias Miguel, descansa en paz, lo mereces.


Hermanas Del Pozo  Delgado.