No fueron muchas las veces que hablé personalmente con Miguel,
aunque las recuerdo y las atesoro. Sí recuerdo muy nítidamente
sus llamadas telefónicas durante varios años
a ACSUR, y su frase el reconocerme: hola, pequeña.
Siempre provocaba en mí una sonrisa: evidentemente no soy pequeña,
pero ahí estaba su cariño no sólo hacia mí, sino también hacia ACSUR-LAS SEGOVIAS,
la ternura que le provocaba esta asociación (Las Segovias, como le gustaba decir)
que era -lo sé- la niña de sus ojos.
Un abrazo muy fuerte y gracias por la herencia que nos dejas
Isabel
