jueves, 13 de noviembre de 2008

Miguel Nuñez, su vitalidad, su alegría

Que pena su muerte y que dificil es imaginar esa muerte en una de las personas mas vitales que he conocido. Le conocí mediados los 80, en Nicaragua, cuando el andaba poniendo en marcha Las Segovias. Seguimos viéndonos en Madrid, encontrándonos acá y allá. Siempre recordaré sus bromas, según el su vitalidad juvenil arrancaba precisamente de sus años de carcel ¡tenía que resarcirse y vivir doble para recuperar aquellos años que intentaron robarle! Era vital, joven -y seguro que lo ha seguido siendo hasta el final- y profundamentamente de izquierdas, con esa mezcla de firmeza y dulzura que solo tiene la gente auténtica. Y recuerdo su sonrisa divertida cuando en reuniones, encuentros, jornadas... cuando juntos coincidíamos en defender aquello en lo que estábamos de acuerdo, que era mucho -yo entonces en el PSOE, el como siempre, en el PCE- los "sectarios" de ambos nos miraban entre extrañados y ofendidos. Y se reía, desde la altitud de miras que da el no tener ni una pizca de sectarismo.
Un ser humano admirable, que ha dejado una huella imborrable en el mundo de la solidaridad y la cooperación. Ojalá hubiera mas, muchos mas Miguel Nuñez...
Violeta